miércoles, 7 de julio de 2010

LA CHIMBA , PATRONATO Y SU HISTORIA

La Chimba, a la llegada de los conquistadores españoles, era un antiguo asentamiento prehispánico que limitaba hacia el norte con el Río Mapocho hasta los alrededores del cerro San Cristóbal, entre las actuales comunas de Recoleta e Independencia.
Chimba, es una palabra de origen quechua que viene del vocablo chinpas, que significa “terreno o localidad situada al otro lado del río”, y era la residencia de los guangualíes o la periferia urbana y mestiza, de la servidumbre y artesanos que proporcionaban mano de obra a la naciente urbe colonial.

Esto, porque la Corona Española no tenía presupuestada la convivencia con los indígenas, motivo por el cual fueron desplazados desde el valle central hasta los límites urbanos de la ciudad.

De esta forma, el río Mapocho se transformó en una línea divisoria geográfica y simbólica que marcó a Santiago como una ciudad segregada social y espacialmente.
A pesar de esto, como en todos los sectores marginados y compuestos por diversas y ricas culturas: inmigrantes, aborígenes, oleadas de trabajadores del sur y norte del país, entre otras, se convirtió en un espacio con una forma de vida distinta, caracterizada por el relajo de las costumbres ancestrales, populares y campesinas, ajenas a la vorágine de la emergente ciudad.
La popularidad de la Chimba tiene su auge en el siglo XIX, convirtiéndose en el mercado de abastos más importante de la ciudad, una activa “vega” que se remontaba desde la Colonia. Cercanas a la “vega” prosperaban con la misma rapidez las chinganas, burdeles, bares y otros lugares de esparcimiento que dotaban de alegría, erotismo y fama de zona roja a este trazo de la ciudad.


Poco a poco esos bajos fondos torcieron el rumbo a destinos muy diferentes para llegar, a la postre, a recobrar fama en el público santiaguino; pero, esta vez como emporios de confecciones de segunda mano. En esto ayudó, durante el siglo XX, la oleada de inmigración árabe y coreana que se emplazó en Patronato.
Durante los años ´80, Bellavista se convirtió en un polo bohemio y sibarita, imponiendo una huella artística, una cultura propia y un importante espacio de esparcimiento hasta la actualidad. Así como un lugar de encuentro de culturas, razas y clases sociales diversas.


Como colofón a esta nota, podríamos acotar que existe más información sobre La Chimba en el libro La Muralla Enterrada de Carlos Franz (2001), Editorial Planeta, como el barrio-imbunche , que determinaba en cierta medida a la ciudad completa.
El barrio de la Chimba que se oponía a la racionalidad y planificación del Centro; teniendo sus cimientos en la excentricidad y descontrol del manicomio, en el silencio de los cementerios y en la pobreza de los conventillos.
El Barrio Patronato: Comercio y vivienda.
Para clarificar el espacio físico dentro del mapa santiaguino es que consideramos como límites del barrio Patronato las calles Recoleta (oeste), Eusebio Lillo (norte), Loreto (este) y D’ardignac (sur), siendo la calle Patronato el eje central del barrio.
El barrio principalmente alberga locales comerciales, viviendas y fábricas textiles, superponiéndose a regulaciones ordenadas de parte de la autoridad central que planificara el modelo de crecimiento del barrio.
Junto a las construcciones destinadas a la actividad comercial se encuentran aquellas destinadas a vivienda, de las cuales cabe mencionar los cités, las casas aisladas, así como las casas de fachadas continuas (fueron estas las que serán destinadas preferentemente a la actividad comercial).
El caso de los cités es un ejemplo que clarifica muy bien esta idea de multiplicar la superficie utilizable del barrio, aunque en este caso con fines residenciales; el ejemplo más contemporáneo, de tipo comercial está dado por las múltiples galerías y pasajes comerciales que penetran al interior de las manzanas.
A través del tiempo el barrio Patronato se ha convertido en uno de los lugares favoritos para clientes que buscan variedad, economía y diseños de temporada, ésta puede explicarse por la gran cantidad de productos nacionales e importados.


En Patronato, pueden encontrarse trajes de la temporada, ropa de niños, vestidos de gala, diseño para todos los gustos, supermercados de con insumos para preparación de comidas asiáticas y árabes, como también servicios acordes a un barrio que ofrece todas las comodidades de un centro inserto en un espacio comercial.
La diversidad de locales, hace a este lugar un buen atractivo, porque no solo ropa podemos encontrar en Patronato, sino que además el comercio nos ofrece accesorios como carteras, cinturones, anteojos, maquinarias y mucho más. Los bajos precios son también algo característico de Patronato, pues en este lugar los fabricantes venden sus creaciones directamente al público.
Las inmobiliarias están lentamente reemplazando con altas torres de departamentos, los palaciegos chalets de Av. Perú en la comuna de Recoleta. Ahora han dirigido sus proyectos al Barrio Patronato, logrando excepciones especiales para construir edificios de más de 20 pisos en esta zona que hasta el 2006 solo se permitía construir hasta 14 pisos de altura.
Es claro que el municipio de Recoleta tiene mucho que ver en esta modificación. Es sabido el apoyo que el edil de esta comuna le ha dado a la construcción en altura, pero es preocupante el nacimientos de grandes torres en el sector de Patronato que lentamente taparan a la vista de los santiaguinos, la imagen del cerro San Cristóbal, viva postal de la ciudad.
Un ejemplo de ello es el edificio de más de veinte pisos que se va a construir en calle Loreto casi esquina con calle Santa Filomena, en el lugar que anteriormente funcionaba una fábrica de tejidos.
Ojala que este no sea el inicio de la construcción de grandes torres de hormigón como las que ya existen en calle Bellavista con calle Loreto y que tapan completamente la vista del Cerro San Cristóbal, lo que puede ser un paso para construir torres similares en el Barrio Bellavista, destruyendo para siempre años de historia del lo que era la Chimba, convirtiendo este barrio en una lamentable copia del centro de Santiago.
Lo triste es que finalmente son las grandes ganancias que obtienen las inmobiliarias lo que se impone por sobre un desarrollo urbanístico adecuado de nuestra ciudad.

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