sábado, 14 de agosto de 2010

Comuna de Recoleta en Santiago



Recoleta is an area of contrasts, with a strong religious and multiple paseos.Instaladas since colonial times, religious orders are present in Recoleta through beautiful churches and chapels full of stories, which added to the presence of the General Cemetery and the Cemetery Catholic, defined as a neighborhood Recoleta eminently religious and Catholic.

La Vega Central Board and, on the other hand, are two distinctly agitated and chaotic commercial districts. In the first, Arab and Korean merchants arrived in the twentieth century are the stars, where they circulate all sorts of accents, foods, smells and products. In La Vega, however, are the showmen Chileans and Peruvians, who recently dazzled customers with a huge variety of fish, vegetables and fruits, making the La Vega, rather than a show in a real and colorful experience.

Finally, the White Mountain stands as a key witness and silent partner in the development of the city, from the arrival of the Spanish until today.

Like what happened to Bellavista, after the Spanish arrived, the Recoleta area became part of the area known as "La Chimba" which in the Indian language Quechua means "town across the river." In this sector would settle the increasingly extinct indigenous community and the poorer classes of the Spanish.

With a history full of sacrifices, poverty and humility, the inhabitants of La Chimba had been relegated from the growing urban development south of the river lived Mapocho, condemned to serve the aristocracy Santiago that was installed in the vicinity of Santiago Centro and surrounding areas . That's why the land grants made by the Spanish religious orders during the seventeenth and eighteenth centuries, which used to build temples and to settle in Santiago, the inhabitants of La Chimba find support and help in religion.

The name comes from the Recoleta called "secluded" religious houses in which the candidates to lead a spiritual life, through an organized program, had a chance to strengthen their inner life and restate their vocation. It was precisely these houses which were installed first in the industry. Unique for its architecture and history are the Church of the Recoleta Recoleta Dominica and the Franciscan Convent.

Gradually, thanks to the strategic location of The Chimba, began to settle all types of traders, farmers and travelers coming and going from the north of the city. This would lead many years later, the area of Bellavista and the current Recoleta.

Today, Recoleta continues to show his face more religious with many churches and temples set in it, buildings were transformed into an architectural reference to other buildings in the area. The cemeteries also give thanks to the beauty of his sculptures, patios and monuments, making them truly outdoor museums.

The commercial side inherited from the colonial inhabitants is reflected in its heyday in Board and La Vega, and the Cerro Blanco-place used as a camp by Pedro de Valdivia on his first night after arriving in the Santiago basin, located in the heart of Recoleta and witnessed the evolution of the city, it helps to remember the oil and gone from a poor area and beautify today seeks to position itself as an attractive tourist destination for Santiago and tourists.
Recoleta es una zona de contrastes, de fuerte religiosidad y múltiples paseos.Instaladas desde tiempos coloniales, distintas órdenes religiosas se hacen presentes en Recoleta a través de bellas iglesias y capillas llenas de historias, lo que sumado a la presencia del Cementerio General y el Cementerio Católico, definen a Recoleta como un barrio eminentemente religioso y católico.

Patronato y La Vega Central, por otro lado, son dos agitados y caóticos barrios netamente comerciales. En el primero, los comerciantes árabes y coreanos llegados durante el siglo XX son los protagonistas, donde circulan todo tipo de acentos, comidas, olores y productos. En La Vega, en cambio, son los feriantes chilenos –y últimamente los peruanos– quienes deslumbran a los clientes con una inmensa variedad de pescados, verduras y frutas, convirtiendo a la La Vega, más que en una feria, en un verdadera y colorida experiencia.

Por último, el Cerro Blanco se alza como un testigo clave y colaborador silencioso del desarrollo de la ciudad, desde la llegada de los españoles hasta el día de hoy.

Al igual que lo ocurrido con Bellavista, posterior a la llegada de los españoles, la zona de Recoleta comenzó a formar parte del sector conocido como “La Chimba”, lo que en lengua indígena quechua significa “localidad al otro lado del río”. En este sector se asentaría la cada vez más extinta comunidad indígena y las clases más pobres de los españoles.

Con una historia llena de sacrificios, pobreza y humildad, los habitantes de La Chimba habían quedado relegados del creciente desarrollo urbano vivido al sur del río Mapocho, condenados a servir a la aristocracia santiaguina que se instalaba en las inmediaciones de Santiago Centro y otros sectores aledaños. Es por eso que con las donaciones de tierra realizadas por los españoles a distintas órdenes religiosas durante los siglos XVII y XVIII –las que usaron para construir sus templos y poder instalarse definitivamente en Santiago–, los habitantes de La Chimba encontrarían un apoyo y una ayuda en la religión.

El origen del nombre Recoleta viene de las llamadas “recoletas” religiosas, casas en la que los aspirantes a llevar una vida espiritual, a través de un programa organizado, tuviesen oportunidad de fortalecer su vida interior y reafirmar su vocación. Fueron justamente estas casas las que primero se instalaron en el sector. Destacadas por su arquitectura e historia son la Iglesia de la Recoleta Dominica y el Convento Recoleta Franciscana.

Poco a poco, gracias a la ubicación estratégica de La Chimba, comenzaron a establecerse todo tipo de comerciantes, agricultores y viajeros que entraban y salían por el norte de la ciudad. Esto daría origen, muchos años después, al sector de Bellavista y la actual Recoleta.

Hoy en día, Recoleta continúa mostrando su cara más religiosa con numerosas iglesias y templos establecidos en ella, construcciones que se transformaron en un referente arquitectónico para otras edificaciones de la zona. Los cementerios también aportan gracias a la belleza de sus esculturas, patios y monumentos, lo que hace de ellos verdaderos museos al aire libre.

La faceta comercial heredada de los habitantes en la época colonial se refleja en su máximo esplendor en Patronato y La Vega, y el Cerro Blanco –lugar utilizado como campamento por Pedro de Valdivia en su primera noche luego de arribar a la cuenca de Santiago–, ubicado al centro de Recoleta y testigo de la evolución de la ciudad, ayuda a recordar el crudo y pobre pasado de una zona que hoy busca embellecerse y posicionarse como un atrayente polo turístico para los santiaguinos y turistas.

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